LUZ EN LA OSCURIDAD

Mientras contemplaban / la inmensidad del apacible desierto / entre thibarinis / cuscús y risas / varios Beduinos / desnudos ya de superfluas pláticas / engalanaronsé de una mordaz picardía y burlonamente le preguntaron al barbado y ciego Mercader…
- Decidnos viajero / en tus habituales travesías por la ardiente arena / ¿cuantos amaneceres opinas que transcurren / desde el Oasis de los dulces dátiles / hasta llegar a la ciudad de las mezquitas?
Él aludido Mercader muy diligente contestó…
- Reiteradamente / son veinte y tres amaneceres… / recuerdo que la postrera vez / catorce de ellos llegaron en presencia de luna llena / hasta muy cerca del generoso sol / siete se originaron con oscuridad total / y dos que por cierto fueron gélidos y funestos / arribaron acompañados de un mendrugo de luna…
Deslumbrados por la réplica dada / y necios en confundirlo / una vez más le cuestionaron
-¡Por Alláh Salem! detállanos… ¿como es posible que tú / aquejado de tinieblas / puedas recordar / y más aún ratificar y con tanta exactitud / lo acontecido en un trayecto tan extenso por el sinuoso desierto?...
-Un tanto molesto por la impertinencia de las preguntas / el sabio Mercader acariciándose la barba / una vez más manifestó
- Respetables forasteros / cualquier explicación / que yo dé cómo respuesta a vuestras pícaras preguntas / ¡sería inútil…! pues así como vosotros ostentáis como un gran privilegio el conocer la luz / así también no tendríais la humildad necesaria para entender lo extraordinario e importante que es / conocer la oscuridad…